Zenaida es nativa de Aguacatenango, una comunidad perteneciente a Los Altos de Chiapas. A lo largo de sus 50 años de vida, ha sabido vencer todas las adversidades que se le han presentado a través de sus trabajos: las prendas artesanales.

A los ocho años de edad, su mamá le enseñó a bordar distintos estilos que en ese entonces se aplicaban a las blusas de la comunidad, un modelo de nombre “Tuxor” por el tipo de tela que se usaba parecida a una popelina de algodón, los bordados eran muy llamativos y multicolores. Antes, recuerda, “las mujeres llevaban <<nahuas>>, faldas envolventes compradas fuera de Aguacatenango debido a que nunca antes las mujeres locales han hecho el telar de cintura”, en la actualidad, ellas compran tela para después plisarla a mano, creando faldas impresionantes, esta práctica se viene haciendo desde unos 70 años atrás, calculó Zenaida.

“Nuestra ropa era antes más tradicional, todo era bordado en el pecho representando diferentes flores; nuestros santos, la margarita representa la virgen y el girasol representa el sol, por eso ponemos amarillo, rosa y blanco, antes el trabajo era multicolor, eso tarda más tiempo de bordar por eso, conforme fue cambiando ya empezamos a hacer flores de un sólo color o a poner listón en vez de las flores, es más sencillo así ,porque sólo compramos y cosemos, además de ser menos costoso” comentó.

La artesanía como herramienta para el empoderamiento femenino

Al separarse Zenaida de su ex marido decidió sacar a sus hijos adelante y se mudó a San Cristóbal de las Casas para buscar trabajo en la FUNDACIÓN LEÓN XVIII, a la par, la Sociedad SNA JOLOBIL llegó a Aguacatenango en busca de artesanas que hicieran un trabajo de alta calidad, Zenaida se encontraba en la comunidad durante dicho evento y se dispuso a tomar el reto.

“Nos llegó a buscar el presidente de SNA JOLOBIL preguntando quien podía hacer bordado de calidad, buscaron 5 grupos y 10 mujeres, nos dio hilo y tela para hacer una prueba y yo me quedé. Me empezó a dar trabajo y junte mi grupo de mujeres para enseñarles el trabajo que quería el señor, tuvimos talleres y empezamos hace 20 años. Hemos aprendido a dibujar, a cortar y cada domingo nos reunimos para trabajar, mi grupo está conformado por 52 mujeres y hacemos diferentes proyectos, tenemos clientes de Nayarit, CDMX, San Cristóbal de las Casas y Guadalajara. No vendemos en Santo Domingo (mercado en San Cris donde se venden artesanías) porque la gente malbarata el trabajo. Para mi está mal porque ellos no ganan, pienso que el pueblo sigue igual porque muchos venden muy barato y no quieren hacer de calidad el trabajo”.

Hoy Zenaida ha podido construir su propia casa de cemento en Aguacatenango y renta una pequeña vivienda en San Cristóbal de las Casas para seguir trabajando entre semana en la FUNDACIÓN LEON XVIII.

Zenaida está abierta a empezar más proyectos para darles más sustento económico a las mujeres de su comunidad, si quieres contactarla déjanos un comentario y nos pondremos en contacto contigo.